Amanecimos a eso de las 4 de la mañana para estar en el aeropuerto a tiempo para el vuelo de las 6! Ya teníamos todo listo, incluso dormimos con la ropa de viaje puesta, así que solo hizo falta bajar las valijas para tomar un taxi. Cuando salimos a la calle era de noche, y pensar que cualquier otro día ese hubiera podido ser nuestro horario de llegada de rumbear!
Llegamos al aeropuerto a tiempo, y no había un alma! El vuelo salió puntual sin ningún tipo de inconvenientes, y cuando quisimos acordar ya estábamos en el avión a punto de despegar. Ya nos da risa lo cómodas que nos sentimos en los aeropuertos, a esta altura tomarnos un vuelo de Avianca nos resulta un trámite tan sencillo como tomarnos el 61 para ir a la facultad.
Llegamos a Bogotá a las 7:20 de la mañana, y todavía conservábamos el clima caribeño de Cartagena, pero cuando bajamos del avión... 10 grados!!! Ya habíamos olvidado lo que se sentía tener frío, y hasta que pudiéramos sacar nuestras valijas, no había ninguna opción para abrigarnos que no implicara gastar plata en ropa nueva.
Después de desayunar ya teniendo nuestras valijas y por lo tanto un poco más abrigadas, nos pusimos a esperar a que nos pasara a buscar Nati, nuestra anfitriona en Bogotá! Estábamos agotadas porque la noche anterior habíamos dormido solo 2 horas! Pilu se las ingenió para armarse una cama improvisada al mejor estilo Tom Hanks en la terminal juntando tres sillas para acostarse, mientras que Papu discretamente apoyó su cabeza contra la valija...
Al rato llegó Nati que nos fue a buscar en el auto con su mamá, unas santas el madrugón que hicieron por nosotras! Ya camino a la casa con las valijas cargadas, éramos más parecidas a zombies con problemas para hilar oraciones coherentes, a personas normales... Estábamos muy dormidas! Como diría Pilu, estábamos funcionando en piloto automático.
Después de una media hora en auto llegamos al complejo de torres donde vive Nati, un lugar muy lindo con mucho verde alrededor! Dejamos todo y nos preparamos para ir al city tour que había pensado Nati para nosotras, así que al ratito ya estábamos de nuevo en el auto para que la mamá nos dejara en La Candelaria, que es el centro histórico cultural de Bogotá.
Todavía estábamos cabizbajas y bastante apagadas, y una a una nos fuimos quedando dormidas en el auto! Cuando abrimos los ojos nos dimos cuenta de que estábamos subiendo a una montaña por calles llenas de curvas y muy empinadas y de a poco se iban descubriendo las casitas del centro...
La Candelaria tiene callecitas muy angostas similares a las de Cartagena, pero sin vendedores y con un aspecto más limpio que tal vez se logra gracias a que la temperatura más baja evita esa sensación de apriete y atosigamiento. Nos daba risa de repente vernos tan abrigadas ya que hacía días que no usábamos ni un sweater finito!
El cambio drástico de temperatura afectó por completo la estética del grupo: el abrigo pasó a ser la prioridad número uno en detrimento de la combinación de la ropa! La consecuencia se plasmó a la perfección en el estilo de Pilu que lucía unas chatitas con mostacillas plateadas muy adecuados para parecer fina en el Hilton, un pantalón cómodo y fresquito para el viaje, una remera blanca bordada con onda playera, un chaleco azul, una campera blanca inflada con peluche en la capucha, y un par de anteojos de sol bastante particular y poco discreto. Toda una atracción turística!
Pasamos por la casa presidencial, por la alcaldía, vimos un desfile militar, pasamos por la Universidad de los Andes donde antes estudiaba Nati, y entramos al museo de Botero. Nati fue una guía de lujo, nada fácil tener que lidiar con tres "pseudo personas" que están mitad despiertas mitad dormidas.
Al mediodía fuimos a comer con la mamá y el papá de Nati, y su hermano Mateo de 15 años. Nos llevaron a un lugar oriental muy rico que se llama Wok, y la pasamos bárbaro! Con Papu tuvimos que recibir un curso intensivo de manejo de palitos, y hasta nos pusieron un plastiquito para que pudiéramos manejarlo más cómodos.
Más tarde fuimos a recorrer el centro más comercial de Bogotá y vimos marcas que están en Argentina y otras nuevas, y nos dimos el lujo de probarnos cosas y hacer un poco de shopping. Agarramos un sale de Zara con ropa muy barata!
Nos volvimos para el departamento a eso de las 7 de la tarde porque habíamos quedado en juntarnos con unos amigo de Nati tipo 8 o 9. Acá en Colombia se sale muy temprano porque los boliches por ley cierran a las 3 de la mañana! La hora de entrada en Argentina es la hora obligatoria de salida acá, y no estaría nada mal correr un poco nuestros horarios para que la noche empiece un poco antes!
Fuimos a comer con amigos de Nati del colegio y, aunque el plan era salir a rumbear, nuestros cuerpos por primera vez se negaron a una salida. Ni Pilu podía creer estar diciéndole que no a salir a rumbear! Una gran prueba de que el agotamiento era verdadero.
El cansancio empeoraba ya que que mañana a las 9 y media de la mañana sale nuestro avión para Manizales y otra vez toca madrugar...
Quién hubiera pensado que usaríamos campera en Colombia...
Viva Argentina!
Con Nati, la mejor guía
Pilu: un look inigualable de una dotto model
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"Chimba" con los amigos del colegio de Nati
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