Después de un madrugón que a más de una le dolió en el alma (cof cof, Pilu), salimos en busca del "vestido" para el futuro marido!
No fue tan fácil salir del departamento, antes tuvimos que pasar la prueba número uno de nuestra estadía en este querido país para ganarnos al menos un poquitito de ciudadanía: PROBAR UN DESAYUNO COLOMBIANO. Un obstáculo nada fácil de superar. Dani tuvo mucha piedad y no incluyó ni chorizos, ni salsas raras, ni picantes. Sólo fueron unas arepas con queso, y un par de frutas exóticas como la granadilla que, con su solo aspecto, logró espantarnos un poquitito!
A eso de las nueve y media ya estábamos por las calles de Cartagena con la "expedición vestido de Julio". No sin distraernos con cada negocio de cachiruladas colombianas, llegamos a la cuadra de las "tiendas" donde podíamos llegar a conseguirlo. Ya aprendimos a hacer los cálculos monetarios y, seguimos con las manos vacías porque todavía nos cuesta darnos un par de gustitos!
Llegamos a la cuadra de "tiendas top" y jugamos un rato a ser las damas de honor! Hojeamos revistas mientras la novia elegía cuál era el mejor conjunto de lino blanco... Nada fácil! Todos parecían iguales pero entre llamado y llamado con la suegra, parece que el conjunto elegido llegó en su debido momento. Los precios son en millones pero después de todo aprendimos que esas cifras tan altas no deben asustar!
Obviamente, todo esto pasó con unas cuantas cientos de fotos de por medio y, sin siquiera apurarnos llegamos al mediodía con la misión cumplida. El calor que hacía! Hasta una fuente sirvió para refrescarnos un poco la cabeza!
Tenemos un gran dilema entre darnos muchos lujos, como por ejemplo gastar 30 mil pesos en un almuerzo, o cocinar nosotras mismas y poder comprar cosas autóctonas que hay a montones! Cuestión, que terminamos en un supermercado para abastecer todas las necesidades "alimenticias" que vamos a tener estos días para poder recorrer tranquilas. Es que, según Dani, Cartagena es una ciudad muy cara!
En el plan de abaratar un poco los costos, caímos en un supermercado y descubrimos que Pilu tiene una gran afición por entrar a supermercados extranjeros y chusmear nuevas marcas, nuevos packagings, y cosas que en Argentina no se venden. Compramos cosas básicas como para cocinarnos estos días sin gastar innecesariamente: pan, fiambre, arroz, mayonesa, papas fritas, atún, coca colalight, cereales, leche, yogourt...
Llegamos al departamento y, a pesar de que todavía no había llegado el mediodía nos preparamos sándwiches y almorzamos ahí. Decir que el tío de Dani no estaba... Porque es tal el tamaño de nuestras valijas que hasta tuvimos que mover la mesa y comer sentadas en el piso! Fuimos capaces de convertir el súper lujo de un departamento mega vip decorado en blanco de Cartagena, en un camping rústico de tres argentinas que comen sentadas en el piso con una sola servilleta partida en cuatro para todas!
Ni bien terminamos de almorzar, ordenar, y guardar todo para que "el tío Julián" no se espante, partimos para la playa! Estábamos esperando muchísimo ese momento, ya hacían casi 24 horas que estábamos en esta ciudad paradisíaca y sólo habíamos visto el mar de noche!
Hay algo bastante curioso en Cartagena: por lo que pudimos ver hasta el momento, aproximadamente cada un auto, hay tres taxis. Y finalmente hoy nos tomamos uno! Fuimos hasta El Laguito en uno de esos taxis pintado todo de amarillo y nos llamó muchísimo la atención que el auto no tuviera taxímetro! El chofer contestó con la mayor de las tranquilidades que nos cobraría "la mínima", es decir, 5 mil pesos (10 pesos argentinos, ahora estamos más cancheras que nunca!). No entendemos muy bien cómo es el sistema de los taxis, pero hasta ahora todos nos cobraron ese mismo precio.
Dani nos contó que, a diferencia de meses como diciembre, enero y julio, ahora en febrero es temporada baja, por lo que el mar está bastante alto y los metros de playa son escasos. El mar es impresionantemente caliente. Estamos más que acostumbradas al agua de la costa argentina en la que es imposible meterse sin gritar del frío, pero de repente nos encontramos entrando a una suerte de pileta climatizada... muy raro! La fobia de Pilu hacia la posible aparición de tiburones no tardó en aparecer, y hasta quizo preguntarle a un cartagenero si podía llegar a toparse con uno... jajaja
Disfrutamos una tarde a pleno sol pagando 20 mil pesos entre todas para tener 4 reposeras y una mesita para las cuatro y vivir una tarde muy tranquila sin estar tan pendientes de nuestras cosas. Lógicamente, o ilógicamente tal vez?, no tardó en aparecer un personaje de los graciosos que hay en Cartagena: "Moisés el internacional", un hombre de unos sesenta y largos años, con varias vacantes para dientes en su boca y un espíritu admirable. Nos alquiló el lugar en su playa y nos recibió con los brazos más que abiertos. Siempre atento a nuestras necesidades y preguntando a cada rato si necesitábamos algo...
Mientras tomábamos sol untadas con aceite Hawaian Tropic rechazamos todo tipo de ofertas! Ya nos pasó en las calles de Cartagena que nos llamó la atención la cantidad de vendedores ambulantes que hay! Y la playa confirmó nuestra teoría... "Señorita, le ofrezco un masaje...", "Señorita, un masaje para quedar tan bronceada como nosotras...", "A la orden, un masaje para que se relaje señorita..."
No solo frutas, anteojos, sombreros o collares... HASTA NOS QUERÍAN VENDER MASAJES! La oferta era más que tentadora pero seguíamos con nuestra campaña de economizar cuanto gasto fuera posible...
Sin embargo, parece que los vendedores de acá se toman muy a pecho el refrán de "persevera y triunfarás" e insisten hasta el cansancio!!! Ya no sabíamos con qué palabras negarnos a sus servicios, y hasta nos ganamos el odio de una señora que vendía fruta en su cabeza ya que, como no entendía nuestro NO rotundo, tuvimos que decirle que "tal vez más tarde", y nos agarró yéndonos sin comprarle nada!
Dani y Pilu cumplieron con un vendedor, cuyo pseudónimo era "Andrés carne de res", al comprarle un vaso de ceviche de camarones y pulpo, y lo disfrutaron hasta la última cucharada ante mi mirada atónita que no entendía cómo eran capaces de ingerir semejante mezcla de cosas...
De la playa nos fuimos a recorrer un poco el centro de Cartagena fuera de la ciudad amurallada que ya habíamos recorrido por entero. Sinceramente, no encontramos nada mucho más pintoresco ni innovador de todo lo ya conocido. Nos agarró la hora del té sin provisiones y nuevamente, haciendo caso a la gran curiosidad que tiene Pilu por los supermercados extranjeros, entramos a uno y compramos ciruelas obviamente elegidas por Papu, galletitas, y chipá; FLOJA MEZCLAAA!
La tarde en el centro de Cartagena dio para rato y disfrutamos de una linda charla mientras tomábamos el té en la escalera de un banco de la zona.
Nuevamente en el departamento, todas tuvimos la gran urgencia de pintarnos las uñas y, entre el amarillo y el dorado que elegimos, podemos ser descriptas con cualquier adjetivo exepto el de DISCRETAS. Pero bueno, a las journalists nunca nos importó lo que piensa el resto, y mucho menos estando acá donde no nos conoce nadie!
Quisimos homenajear a Luismi, nuestro guía, y lo invitamos a comer a la noche. Pobre, nos agarró en plena economía de guerra y solamente le ofrecimos un rústico arroz con atún y verduritas. No pareció tener problema alguno con nuestro menú, y hasta pidió que "las argentinas hablaran de a una a la vez" para entender de qué se trataban nuestros cuentos... Acaso hablamos tanto?! Todavía no logra entender que nos llamamos Pachu, Pilu y Papu, y le cuesta tanto que hasta confunde "Pachu" por "Picachu".
Nuestra "pseudo nacionalidad colombiana" sumó unos cuantos porotitos cuando nos pusimos a ver, junto a Luis Miguel, el partido del Once Caldas. Es un equipo cuyo estadio queda en Manizales, nuestro próximo destino, y prometimos ir a ver algún partido...
La hora del postre nos agarró desprevenidas, tiradas en la cama, y ya con el pijama puesto. ¿La solución? Salimos al centro en busca de algún aperitivo sin siquiera tener la delicadeza de cambiarnos la ropa. Si... salimos a la calle en pijama!!! Decir que Cartagena es una ciudad tan "chévere" que hasta nuestros conjuntos podían llegar a parecer como de última moda...
Después de bailar unas cuantas salsas y cumbias colombianas en el departamento, nos estamos yendo a la cama... Mañana toca un madrugón de los verdaderos (6:30 de la mañana!!!) para ir a recorrer un lugar paradisíaco llamado Islas del Rosario en el que vamos a visitar unas playas espectaculares.
El súper cuarteto haciendo turismo
La novia eligiendo el "vestido" de lino...
Las damas de honor chequeando la última moda colombiana
La playa de Cartagena "maricaaa"!
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