lunes, 28 de febrero de 2011

Boquitas pintadas

A eso de las nueve de la mañana arrancamos el día para continuar nuestra rutina de turistas. No costó tanto levantarnos, ya estamos haciendo un poco de vida más tranquila y estamos cada vez más relajadas! Tenemos que estar intactas para el matri...
Alejandra, la mamá de Dani y por esta semana también la nuestra, nos preparó el desayuno: ananá (o piña para los colegas colombianos), galletitas, arepas con queso y chocolate. El plan para el día de hoy era recorrer el centro de Manizales, y a las diez y pico ya estábamos listas para salir.
Para ir, nos tomamos un colectivo, y el sistema que tienen acá es bastante distinto al de Argentina. Apenas uno se sube, se encuentra con un molinete como el de los subtes, y va pasando a medida que le paga al chofer. Sí, no hay máquinas, directamente se le paga al chofer que hasta te da el vuelto! Además, sólo puede subir gente siempre y cuando queden asientos vacíos, una vez que está todo lleno ya no frena. No existen las paradas, uno puede avisar cuando quiera y se baja, y del mismo modo se puede llamar al colectivo en cualquier parte de su trayecto para subir.
Invadimos todos los negocios de artesanías colombianas, recorrimos las ferias, y después de comprar un par de cosas, el papá de Dani nos buscó en el auto para ir a almorzar a la casa. Ahí nos encontramos con Cata y José, "nuestros hermanos", que habían vuelto del trabajo y del colegio respectivamente. Acá somos las únicas que disfrutan de las vacaciones mientras que todos siguen con su rutina!
Comimos todos juntos un rico almuerzo preparado por la mamá de Dani y probamos un jugo de "tomate de árbol" que era riquísimo! Pilu ya está planeando cuál es la mejor estrategia para poder llevarse un poco de frutas colombianas para Argentina. Son deliii!
A la tarde volvimos al centro, y esta vez nos llevó Cata. Entre tanta curva, subida y bajada que hay en Manizales comprobamos que, el que sabe manejar en esta ciudad, está preparado para manejar en cualquier ciudad del mundo! 
Nos bajamos a un par de cuadras de la Catedral, y el plan era ir directo para allá. Sin embargo, cada negocio fue una distracción. Entramos al "Imperio de las colitas", y encontramos un gran invento que cambió nuestras vidas para siempre: los "magic". Son rouges que aparentan ser amarillos, azules, naranjas o violetas pero que pintan los labios de rojo. Ahora, el problema es que después es imposible sacárselo! 
No sale con nada. 
Nos compramos uno cada una y nos matamos de risa al ver cómo se iban oscureciendo nuestros labios. Cuantas más pasadas, peor! Así fue que lucimos nuestras boquitas pintadas por todo Manizales... De hecho, ahora es la una de la mañana y todavía tengo los labios de color!
La segunda graaan tentación fue un lugar donde todo salía 1000 o 2000 pesos (2 o 4 pesos argentinos). Al entrar nos encontramos con un popurrí de cosas que iban desde sopapas para el baño hasta sombras para los ojos. Dentro de ese gran surtido Pilu despertó su faceta consumista y se compró cosas tan útiles como unas formitas que abajo del agua se agrandan, un láser que venía con distintas puntas para cambiar, y hasta un peine fino!
Después de unas pocas cuadras que llevaron unos cuantos minutos, llegamos a la Catedral. Es una construcción muy antigua, que tiene una torre tan alta que sirve como mirador de la ciudad. Queríamos subir, pero estaba cerrado por ser lunes, y además justo se largó una de esas lluviecitas diarias que caracterizan a la ciudad.
Nos quedamos un rato en la Catedral, y nos encontramos con Julio que había ido a pasar el día a Pereira, una ciudad que queda a una hora, donde vive su mamá. Fuimos todos juntos a un lugar que se llama Chipre donde hay otro mirador. Cuando llegamos, seguía lloviendo así que tampoco subimos, pero nos quedamos tomando algo en la galería de un bar muy lindo desde donde se veía la increíble vista de las montañas que se encuentra en cada rincón de Manizales.
Al rato volvimos al departamento pero antes pasamos por Juan Valdez, que es la marca más famosa de café en Colombia, y tiene un formato similar al de Starbucks. Nos compramos un café y fuimos para la casa donde nos estaba esperando Lauris, una amiga de Dani. 
Nos quedamos charlando todos, también con Cata y José, y preparamos unos mates para argentinizar un poco a los miembros de la familia. Empecé con mi típico mate amargo, pero ante el consejo de Papu, y la cara de asco de todos al probarlo, le pusimos azúcar. Ahí sí que fue un poquito más aceptado...
A la hora de la comida, Papu y Pilu tomaron el control de la cocina y prepararon una picada con salchichitas y unos tostados. Después de comer vimos las fotos de Cartagena con Cata y la mamá de Dani, y nos reímos bastante viendo lo bien que la pasamos!
Mañana toca un día duro en el que vamos a ejercer nuestro rol de "damas de horror" ya que hay que organizar varias cosas del matri...


Consecuencias del "magic"



La happy family en chipre!



Tomando un cafesito en Juan Valdez



Argentinizando la familia Calderón!

domingo, 27 de febrero de 2011

Finally, Manizales...

Hoy nos despertamos en Bogotá a eso de las 7 de la mañana, y después de tomar un rico desayuno preparado por la santa de Nati que se despertó por nosotras, fuimos al aeropuerto. Esta vez, el vuelo salió con un poco de retraso porque el aeropuerto de Manizales estaba cerrado por mal tiempo. Cuando escuchamos la noticia por el parlante, no pudimos más que poner nuestra mejor cara de "yo no puedo creer que me esté pasando esto", y nos dispusimos a esperar el nuevo aviso.
El asunto terminó siendo menos grave de lo que parecía, tan solo tuvimos media hora de retraso que casi ni sentimos. Cuando llegamos a nuestro avión, no podíamos creer lo que veían nuestros ojos: era una especie de avioneta a hélice y, sabiendo que se trataba de un vuelo conocido por la turbulencia, nos reímos de los nervios.
Comparado al lujo de los vuelos que veníamos teniendo hasta ahora, este avión parecía del siglo XVIII! Según Pilu, tenía olor a geriátrico, y además al no tener pantallas, vimos la actuación de la asafata señalando una y mil veces las puertas y salidas de emergencia. Ninguna puede contar demasiado detalle del vuelo, tal vez hubo la mayor turbulencia en la historia de Colombia, pero estábamos tan dormidas que no sentimos nada de nada! 
Llegamos a Manizales y fue un placer bajar del avión sin sentir ese frío doloroso de Bogotá. Nuestra reacción de admiración hacia el paisaje que nos rodeaba fue instantánea: está todo rodeado de muchísimo verde y montañas!
Manizales es una ciudad en la que viven unos 400.000 habitantes, y sus calles son empinadísimas con muchas subidas y bajadas. Lo lindo del paisaje montañoso cobra su precio a la hora de salir a caminar por la ciudad y terminar agitadas por cada subida que hacemos! Sin embargo, vale totalmente la pena, porque estés donde estés siempre se encuentra una vista increíble para disfrutar. Ya sea desde la ventana del auto, desde la casa de Dani, desde la ventana de un shopping... en todos lados se ven las montañas cubiertas de árboles... 
La happy colombian family está ahora completa del todo porque también está Zuquini, el perro de Dani y Julio que es nuestro brother! Dani vive en la planta baja de un edificio muy bien ubicado en el centro de la ciudad. El ser planta baja no quiere decir que tenga mala vista, todo lo contrario! Al estar todo tan elevado, se ve perfecto el paisaje desde una terraza que tiene pegada al living. Lugar ideal para escribir, o para los imprescindibles puchitos de Pilu!
A la mañana fuimos con Dani y Julio a visitar el Estadio Palogrande, la cancha del Once Caldas que es el equipo de Manizales. A pesar de que intentamos, no nos dejaron entrar pero Dani tiene un amigo que trabaja ahí así que vamos a volver para sacarnos las ganas! 
Cuando estábamos yendo a almorzar en el auto, se largó a llover. Dani nos explicó que el clima acá en Manizales es muy impredecible. De repente se larga un chaparrón tropical, después refresca, puede salir el sol, o puede estar totalmente nublado. Todo, de un momento para el otro. Es tal la altura de las montañas que uno puede ver cómo las nubes las atraviesan, sentís que las tenés ahí nomás!
Almorzamos en un lugar que se llama Wingz con un tío de Dani (que no es el famoso tío Julián), su mujer y sus dos hijitas. La pasamos bárbaro contándoles cómo se vive en Argentina, y nos reímos comparando alguna que otra diferencia cultural! Obviamente, el "matri" fue tema de conversación... Nos hicieron sentir en familia, y el tío de Dani incluso pagó nuestro almuerzo! Creo que nos están malcriando demasiado jajaja.
A la tarde fuimos al shopping a recorrer un poco, y volvimos a cumplirle el sueño de Pilu de conocer supermercados extranjeros y pasamos por "Éxito", que es la cadena de supermercados más famosa del país. Después volvimos al departamento y nos quedamos charlando un poco con Cata y José Luis, los hermanos de Dani, y con Julio.
A las 7 fuimos a Misa todos juntos con los papás de Dani y cuando salimos fuimos para la casa de la abuela para visitarla. Ahí nos encontramos también con otra tía y su hijo. Compartimos una linda charla en el living de la casa, y todos se rieron mucho de nuestras anécdotas... No paramos de hablar ni un segundo! Espero que sean capaces de soportar estas tres cotorras durante toda una semana.
Salir a la noche fue una opción que ni se planteó porque estamos agotadas. Entonces cuando volvimos, comimos un rico arroz con carne y huevo que prepararon Julio y Dani, y unos tostados. Sin embargo, ni los papás ni hermanos de Dani comieron con nosotras porque acá en Colombia no se acostumbra sentarse a comer a la noche algo pesado. En caso de que coman algo, lo hacen al pasar y pican algo livianito. Todo lo contrario con Argentina!
Ya en el cuarto antes de irnos a dormir, nos mostramos todas los vestidos del "matri" excepto el más importante, el de la novia, que está en la tintorería! Ya estamos planeando intercambios y préstamos de "aretes" según el vestido de cada una... De sólo pensar la locura que va a ser arreglarnos ese día nos matamos de risa!
Ya hicimos una lista con todo lo que queremos hacer en Manizales así no nos olvidamos de nada! Van a ser días agitados entre recorrer la ciudad y asumir nuestro crucial rol de "damas de horror", la novia está en buenas manos! Mañana esperamos estar fresquitas como una lechuga para poder retomar la vida de "turis" que nos viene caracterizando por estos días. 
Manizales... agarrate que llegaron las journalists!


En el Estadio Palogrande



Almuerzo con los tíos de Dani y sus hijitas



Sólo un poquito de las vistas de Manizales...



"Mami y Papi" con Zuquini!


sábado, 26 de febrero de 2011

Frozen Bogotá!

Amanecimos a eso de las 4 de la mañana para estar en el aeropuerto a tiempo para el vuelo de las 6! Ya teníamos todo listo, incluso dormimos con la ropa de viaje puesta, así que solo hizo falta bajar las valijas para tomar un taxi. Cuando salimos a la calle era de noche, y pensar que cualquier otro día ese hubiera podido ser nuestro horario de llegada de rumbear!
Llegamos al aeropuerto a tiempo, y no había un alma! El vuelo salió puntual sin ningún tipo de inconvenientes, y cuando quisimos acordar ya estábamos en el avión a punto de despegar. Ya nos da risa lo cómodas que nos sentimos en los aeropuertos, a esta altura tomarnos un vuelo de Avianca nos resulta un trámite tan sencillo como tomarnos el 61 para ir a la facultad.
Llegamos a Bogotá a las 7:20 de la mañana, y todavía conservábamos el clima caribeño de Cartagena, pero cuando bajamos del avión... 10 grados!!! Ya habíamos olvidado lo que se sentía tener frío, y hasta que pudiéramos sacar nuestras valijas, no había ninguna opción para abrigarnos que no implicara gastar plata en ropa nueva.
Después de desayunar ya teniendo nuestras valijas y por lo tanto un poco más abrigadas, nos pusimos a esperar a que nos pasara a buscar Nati, nuestra anfitriona en Bogotá! Estábamos agotadas porque la noche anterior habíamos dormido solo 2 horas! Pilu se las ingenió para armarse una cama improvisada al mejor estilo Tom Hanks en la terminal juntando tres sillas para acostarse, mientras que Papu discretamente apoyó su cabeza contra la valija... 
Al rato llegó Nati que nos fue a buscar en el auto con su mamá, unas santas el madrugón que hicieron por nosotras! Ya camino a la casa con las valijas cargadas, éramos más parecidas a zombies con problemas para hilar oraciones coherentes, a personas normales... Estábamos muy dormidas! Como diría Pilu, estábamos funcionando en piloto automático.
Después de una media hora en auto llegamos al complejo de torres donde vive Nati, un lugar muy lindo con mucho verde alrededor! Dejamos todo y nos preparamos para ir al city tour que había pensado Nati para nosotras, así que al ratito ya estábamos de nuevo en el auto para que la mamá nos dejara en La Candelaria, que es el centro histórico cultural de Bogotá.
Todavía estábamos cabizbajas y bastante apagadas, y una a una nos fuimos quedando dormidas en el auto! Cuando abrimos los ojos nos dimos cuenta de que estábamos subiendo a una montaña por calles llenas de curvas y muy empinadas y de a poco se iban descubriendo las casitas del centro...
La Candelaria tiene callecitas muy angostas similares a las de Cartagena, pero sin vendedores y con un aspecto más limpio que tal vez se logra gracias a que la temperatura más baja evita esa sensación de apriete y atosigamiento. Nos daba risa de repente vernos tan abrigadas ya que hacía días que no usábamos ni un sweater finito!
El cambio drástico de temperatura afectó por completo la estética del grupo: el abrigo pasó a ser la prioridad número uno en detrimento de la combinación de la ropa! La consecuencia se plasmó a la perfección en el estilo de Pilu que lucía unas chatitas con mostacillas plateadas muy adecuados para parecer fina en el Hilton, un pantalón cómodo y fresquito para el viaje, una remera blanca bordada con onda playera, un chaleco azul, una campera blanca inflada con peluche en la capucha, y un par de anteojos de sol bastante particular y poco discreto. Toda una atracción turística!
Pasamos por la casa presidencial, por la alcaldía, vimos un desfile militar, pasamos por la Universidad de los Andes donde antes estudiaba Nati, y entramos al museo de Botero. Nati fue una guía de lujo, nada fácil tener que lidiar con tres "pseudo personas" que están mitad despiertas mitad dormidas.
Al mediodía fuimos a comer con la mamá y el papá de Nati, y su hermano Mateo de 15 años. Nos llevaron a un lugar oriental muy rico que se llama Wok, y la pasamos bárbaro! Con Papu tuvimos que recibir un curso intensivo de manejo de palitos, y hasta nos pusieron un plastiquito para que pudiéramos manejarlo más cómodos.
Más tarde fuimos a recorrer el centro más comercial de Bogotá y vimos marcas que están en Argentina y otras nuevas, y nos dimos el lujo de probarnos cosas y hacer un poco de shopping. Agarramos un sale de Zara con ropa muy barata! 
Nos volvimos para el departamento a eso de las 7 de la tarde porque habíamos quedado en juntarnos con unos amigo de Nati tipo 8 o 9. Acá en Colombia se sale muy temprano porque los boliches por ley cierran a las 3 de la mañana! La hora de entrada en Argentina es la hora obligatoria de salida acá, y no estaría nada mal correr un poco nuestros horarios para que la noche empiece un poco antes!
Fuimos a comer con amigos de Nati del colegio y, aunque el plan era salir a rumbear, nuestros cuerpos por primera vez se negaron a una salida. Ni Pilu podía creer estar diciéndole que no a salir a rumbear! Una gran prueba de que el agotamiento era verdadero. 
El cansancio empeoraba ya que que mañana a las 9 y media de la mañana sale nuestro avión para Manizales y otra vez toca madrugar...


Quién hubiera pensado que usaríamos campera en Colombia...



Viva Argentina!




Con Nati, la mejor guía



Pilu: un look inigualable de una dotto model



Nuestros papás postizos en Bogotá!



"Chimba" con los amigos del colegio de Nati

Despidiendo a Cartagena...

Hoy a las diez de la mañana teníamos que encontrarnos con Silvana y Manuela en la torre del reloj para pasar la mañana todas juntas. Y qué pasó?! Nos quedamos dormidas...
Recién abrimos los ojos a eso de las doce, y lo primero que pensamos fue en las pobres dos chicas esperándonos y nosotras sin aparecer! Ni escuchamos el despertador, evidentemente esta ciudad está agotando todas nuestras energías.
Era nuestro último día y teníamos que aprovechar urgentemente la horas que nos quedaban en nuestra querida Cartagena! Entonces, aplicamos a la perfección la frase de "te dan la mano y agarrás el codo", y volvimos a contactarnos con Fanny para ir al Hilton! Esta vez, Julio nos acompañó también, así que la happy colombian family fue toda juntita a disfrutar un espectacular día de "piscina".
Ya estábamos cancherísimas y nos movíamos por el Hilton como si fuera el living de nuestra casa. Creo que la vida de millonarias no nos sienta para nada mal y podríamos acostumbrarnos a ella perfectamente sin ningún problema... Además, papá Julio nos alquiló un "flotador" así que no nos privamos de ningún lujo!
A la hora de almorzar elegimos hacerlo en el pool bar. Eso implica que comimos metidos adentro de la pileta, apoyados en la barra! Pusimos en juego nuestra sana digestión, pero valía la pena el riesgo con tal de hacer algo distinto! Después, seguimos disfrutando la tarde hablando del "matri" a pleno sol.
Un rato más tarde, Dani y Julio tuvieron que partir para que el novio fuera a probarse su traje. Nosotras, las damas de honor (que ahora nos rebautizamos "damas de horror"), nos quedamos tomando sol y dejamos que mami y papi fueran a elegir tranquilos y sin apuro. Nos metimos al mar de la playa del Hilton, y creo que fue la primera vez que no vimos ningún vendedor "a la orden" que quisiera ofrecernos algo...
Cuando nos fuimos del hotel, llegó la hora del shopping! Todos los días veníamos postergando nuestras compras con el pretexto de que el último día compraríamos todo aquello que realmente valiera la pena. Entonces, teníamos una licuadora en la cabeza y ni nos acórdábamos qué habíamos visto y dónde! Ya nos convertimos expertas del regateo y somos capaces de bajar los precios aún más rápido de lo que tardan en subir en Argentina! Un récord absoluto.
En la Plaza San Pedro, vimos una pantalla gigante que parecía estar dando un espéctaculo del Festival de Cine de Cartagena que se está llevando a cabo desde el 24 de febrero. Veníamos cargando bolsas porque habíamos hecho compras en el supermercado para tomar el té. Papu, obviamente, tenía la bolsa de su tan amada Coca Cola de litro y medio, y por distraerse mirando la pantalla, trastabilló en el piso, y se cayó en el medio de la plaza! La imagen del episodio: una joven con vestido turquesa tirada, las patas para arriba, una ojota puesta y la otra ojota rota a unos metros, y una Coca Cola de litro rodando por el piso... Imposible contener la risa! 
No podíamos seguir recorriendo con esa ojota rota, y empezamos a buscar algún palito para poder arreglarla. Cuando le preguntamos a un vendedor ambulante si tenía algo que pudiera ayudarnos, se ofreció para ver qué podía hacer. En cuestión de minutos, la ojota ya estaba arreglada, y después de mucha insistencia, aceptó que le diéramos mil pesos. (ATENCIÓN! A no asustarse que eso sólo son 2 pe argentinos! Iremos al Hilton pero tampoco hay tanto capital...) Ya recuperadas de la caída, Papu por el golpe y nosotras por la risa, sí nos acercamos a la pantalla gigante para ver de qué se trataba. 
Proyectaron un corto que participa del festival, pero lo más interesante no es el corto en sí, sino la historia que hay detrás de su filmación. Se trataba de un proyecto que pretende fomentar el desarrollo audiovisual, que se llevó a cabo en Arjona, una zona de Bolívar acá en Colombia. Consiste en la enseñanza de actuación, manejo de cámaras, maquillaje artístico, escenografía, escritura de guiones, etc para chicos de entre 8 y 14 años. No sólo eran los actores del corto, sino que también habían escrito la historia ellos mismos, y estaban ahí mismo en la plaza viendo su producto final! 
Cuando terminó la proyección, pasaron todos los "mini actores" al frente y era emocionante ver su humildad, ya que antes de destacarse a sí mismos, agradecieron y reconocieron el trabajo de quienes les enseñan tanto día a día.
Con los bolsillos un poco más vacíos llegamos al departamento para comer, mientras que Dani salió a comer con Julio, Luis Miguel, Manuela y Silvana. Ese tiempo nos vino bien para terminar de armar las valijas, que no fue una tarea para nada fácil. Teníamos cosas por todos lados! Limpiamos cada rincón para dejar el departamento impecable, y lo dejamos casi tan perfecto como lo recibimos! O al menos eso creemos, el tío Julián ya dará su veredicto...
Llamamos a Luismi para ver dónde estaban, y nos dijo que estaban por salir para la clínica porque Dani se sentía bastante mal. Se nos averió la novia! Qué momento... Nos tomamos un taxi hasta el Hospital Bocagrande, y al poco rato salió Dani sin ningún tipo de gravedad ni diagnóstico alarmante. Era sólo una intoxicación por la comida de la noche anterior con Julio, que tampoco se sentía nada bien.
Fuimos a rumbear a un bar que quedaba en la bahía de Cartagena, y al rato nos fuimos para el centro. Cuando estábamos en el taxi, escuchamos música como de una fiesta en el mismo lugar que nos habíamos colado la vez anterior. No dudamos ni un segundo y le dijimos al taxista que nos bajara ahí mismo. La salsa nos llamaba a gritos!
Ni bien entramos y pasamos por al lado de la banda escuchamos un: "Pero llegaron las Argentinas!!!". Eso fue una clara evidencia de que nuestra actuación de la otra noche había sido más que memorable! Cuando quisimos acordar ya estábamos de nuevo paradas arriba del escenario con las maracas haciendo de bailarinas ante la mirada atónita de las mesas.
Resulta que esta vez no se trataba ni de una convención, ni de un casamiento. No parecía ser un evento, pero a las doce en punto le cantamos el cumpleaños a Eva (???), que creo que todavía debe estar en su cama pensando quiénes eran esas argentinas que le cantaron con tanto entusiasmo...
Ya estamos cada vez más cómodas en esta ciudad y hasta nos ubicamos a la perfección. Cuando nos volvíamos caminando para el departamento sin dudar siquiera en qué cuadra teníamos que doblar, Pilu reconoció que se sentía como volviendo de Bartolo para su casa en Buenos Aires! Evidentemente, ya nos sentimos como en casa...
Y ahora estamos por dormir un par de horitas, sólo un par, porque mañana a las 7 de la mañana nos tomamos el avión para Bogotá! Así que a las 5, arribaaa! Esperemos que el despertador no nos vuelva a traicionar...


The happy colombian family!



Almuerzo en la "piscina"



Los "mini actores" hablando de su corto



Tío Julian's angels!



Nuevamente animando "la chimba"...

viernes, 25 de febrero de 2011

Okupas en el Hilton de Cartagena

Hoy no hubo despertador que pudiera con nuestro sueño! Ya era demasiado el cansancio que teníamos acumulado, por lo que decidimos seguir durmiendo y nos despertamos recién a las doce. Hasta entró el tío de Dani al departamento y ni nos inmutamos!
El primer dilema del día fue: ¿desayunamos o almorzamos? Son esos grandes "estreses" que uno tiene cuando está de vacaciones... Decidimos desayunar algo potente para después comer algo bastante más tarde, pero aparentemente el concepto de desayuno fuerte varía entre argentinos y colombianos. Mientras nosotras comíamos un buen bowl de cereales, Dani ya estaba con la sartén prendida salteando huevos, jamón y parmesano!
El plan del día era tratar de entrar a la pileta del Hilton gracias a un contacto que nos había conseguido Julio. Entonces, ni bien estuvimos listas, nos tomamos un taxi que nuevamente nos cobró "la mínima" y partimos para el hotel. Pequeño detalle: Dani no se acordaba el apellido de la señora que teníamos que llamar! Igual, tuvimos la suerte de no necesitarlo, ya que en el mostrador sólo dijimos el nombre Fanny, y alcanzó para que supieran de quién estábamos hablando.
Sin embargo, nuestra tan querida y necesitada amiga Fanny estaba almorzando en ese momento, por lo que nos fuimos un rato a una playa ahí cerca para hacer tiempo y esperar un rato. A pesar de que estaba medio nublado, el calor era fuertísimo y con Pilu ni dudamos en meternos al mar al instante. El plan del Hilton parecía demasiado idílico y todas teníamos un poco de miedo de que no pudiera concretarse...
Cuando volvimos al hotel, no tardamos mucho en encontrarnos con Fanny quien nos acompañó hasta la "piscina" y hasta le dijo a un empleado que nos diera toallas! No podíamos contener la risa y, ni bien Fanny se despidió para irse a trabajar, contamos cinco pasos y estallamos en una gran carcajada. Estábamos en una pileta impresionantemente enooorme en el Hilton! Como dice Dani, "mejor tener amigos que plata", y si son amigos como Fanny, mejor todavía!
Había tres piletas grandes que se diferenciaban según su profundidad, y un jacuzzi al lado de cada una. Cuando vimos el tobogán de agua, no dudamos en ir corriendo para tirarnos, nos metimos abajo de las cascadas, y nos escondimos en una "cueva" descubierta por Pilu.
A la hora de almorzar estábamos preparadas para tener que pagar un precio bastante generoso por tratarse del Hilton, pero no estábamos en circunstancias de quejarnos ni un poquito! Teníamos tanta hambre que pensamos en la idea de pagar la opción de buffet libre, pero nuestro plan se frustró porque ya eran las tres de la tarde y ese servicio estaba cerrando. Entonces elegimos cuatro platos "deli" de la carta y los acompañamos con unas limonadas riquísimas! Almorzamos en una especie de terraza que tenía vista a la playa del Hilton que sigue a continuación de la pileta, espectacular!
La tarde pasó entre fotos, charlas y mucha pileta, hasta que empezaron a caer algunas gotas y nos metimos abajo de un techo donde había unas cómodas reposeras. A los pocos minutos la lluvia paró, pero ya estábamos demasiado cómodas como para volver a nadar! Entonces, Dani y Papu se pusieron a dormir un ratito la siesta mientras que con Pilu nos fuimos a explorar el hotel por adentro. Caminamos con nuestra mejor cara de millonarias, pero hay que reconocer que era más que evidente que nuestro aspecto bastante reo de la pileta desencajaba de todo ese ambiente tan lujoso!
Más tarde, llegó la hora de la sorpresa. Resulta que nuestro guía por excelencia, Luis Miguel, llegó de sorpresa con Julio, el futuro marido, que no la veía a Dani desde diciembre! Fue muy lindo ver el reencuentro de "mami y papi", como les decimos con las chicas, que ahora ya son mis sisters. Somos una happy colombian family!
Nos quedamos en la pileta del hotel hasta que se hizo de noche, y hasta nos dimos el lujo de cambiar las toallas mojadas por unas secas! No desperdiciamos ni un poco de la oferta de Fanny...
A la noche comimos algo en el departamento cocinado por Papu, para compensar el lujaso que nos habíamos dado al mediodía! Después nos juntamos con Dani y Julio que habían salido a comer y salimos "de chimba" todos juntos con Luis Miguel, su novia Manuela, y Silvana, una amiga de Manizales. Cada vez sumamos más gente al círculo de gente que conocemos en Colombia, así que el día del "matri" vamos a estar como en nuestra casa! Nos divertimos mucho charlando y jugando en la muralla en una noche divina, sin calor ni frío. 
Obviamente, se armó la discusión léxica sobre el vocabulario colombiano y el argentino, y cómo le damos distintos significados a las mismas palabras. Ejemplo: en Argentina, a los fideos se les pone salsa de tomate, y a una hamburguesa se le pone ketchup. En cambio, en Colombia, la salsa de tomate es la que se le pone a la hamburguesa, mientras que la que corresponde a los fideos es la pasta de tomate. Diferencias mínimas que disparan discusiones eternas! Ni hablar de la imitación de acentos, que no tardó en aparecer y era imposible no reírnos cuando los escuchábamos hablando en un "argentino" que era más parecido a un italiano exagerado con un poquito de tonada telenovelística!
Mañana sí toca madrugón, es el último día y vamos a aprovechar hasta el último minuto en esta ciudad increíble!


Una parte de la pileta del Hilton



Grande Fanny! Gracias por tanto!


Cascadita en la pileta



Tobogán de agua


El reencuentro de mami y papi!

miércoles, 23 de febrero de 2011

Papeloneras number one!

Apenas hay fuerzas para poder escribir el día de hoy! Una jornada más que productiva, no nos privamos de ningún programa…
El madrugón costó horrores. Eran las 6:45 de la mañana y las ganas de despertarnos eran nulas! Después de unos cuantos pares de quejas, nos cambiamos volando y partimos para el muelle que queda al lado del centro de convenciones para pagar nuestra excursión. Ni los anteojos negros servían para disfrazar semejantes caras de dormidas!
Compramos los “tiquetes”, y después de esquivar una gran cantidad de vendedores ambulantes, nos sentamos para esperar que saliera nuestra lancha. Era mucha la gente que estaba esperando, y el calor era tal que los anteojos de sol se nos resbalaban por la nariz! Ni siquiera la sombra servía para refrescarnos un poquito… Más de una pensó en tirarse al río ahí mismo por más de que sabíamos que era imposible!
Después de muchísimo tiempo de espera las quejas empezaron a aparecer, ya había pasado más de una hora del teórico horario de comienzo de la excursión, y no había noticias de la partida de las lanchas. Al final, nos dijeron que la nuestra saldría a las 10, por lo que nos resignamos y nos dispusimos a esperar con un poquito de buen humor y más relajadas. Papu no tardó en encontrar su lugar en la sombra acostada en el piso para tratar de recuperarse un poco del calor agobiante!
Finalmente llamaron nuestros nombres y cuando quisimos acordar, estábamos arriba de la lancha con los chalecos puestos, partiendo hacia Islas del Rosario. El viaje duró unos 40 minutos y la vista que disfrutamos fue espectacular! Sólo agua alrededor, y varias islas: algunas totalmente desiertas, y otras con un par de construcciones bastante humildes. Cada tanto aparecía algún que otro kayak o barca chiquita con gente pescando.
Cuando llegamos no podíamos creer la perfección de la playa! El color turquesa del mar y la blancura de la arena parecían sacados de las imágenes de google, impresionante. Nos quedamos en “Playa Blanca”, donde había poca gente, hamacas paraguayas, un barcito y, por supuesto, vendedores que ofrecían todo tipo de servicios!
No tardamos ni un minuto en meternos al agua que era un poco más fría que la de Cartagena, pero seguía siendo calentita en comparación a Argentina! Pilu se metió con tanto entusiasmo que ni se percató de que había unas cuantas piedras grandes por lo que empezó a gritar mientras se adentraba en el agua.
No paramos de reírnos de lo increíble que nos parecía estar en un lugar tan paradisíaco. Nuevamente, rechazamos los masajes, los collares y las frutas, pero hubo una oferta que resultó irresistible: la banana. Todavía no entendemos si el que manejaba la lancha tenía algo personal contra nosotras, o simplemente se divertía con nuestros gritos, pero las caídas que nos hizo fueron demasiado violentas! Resultado: pérdida de una pulsera, de una tobillera, y de nuestra dignidad por la cantidad de tiempo que tardábamos en volver a subirnos después de cada caída. En la última, casi perdemos a la futura novia que se ahogó después de que una de nosotras se cayera sobre su espalda!
El almuerzo venía incluido con la excursión y nos sirvieron un pescado que se llamaba “mojarra” con arroz y verdura. Nos sentíamos bastante aventureras comiendo eso, pero igual le pedimos que nos los trajeran sin la cabeza para que no nos diera tanta impresión! Dani demostró ser toda una experta para comer pescados: dejó todo el esqueleto con las espinas puestas en forma perfectita, mientras que nuestros platos se parecían a la tercera guerra mundial y con bastantes restos de carne que no sabíamos cómo hacer para sacarla! Cuando Papu quiso pedir una Coca light y le dijeron que no había Coca Cola en toda la isla, pareció que el mundo se le venía abajo: cómo podía ser que hubiera un lugar en el mundo en el que no le vendieran su combustible, su líquido vital?! Pobre yankee girl.
Después de disfrutar un poco más de la tarde en la isla, volvimos a Cartagena en lancha. La vuelta fue tanto más agitada que la ida! Nos sentamos delante de todo y no paramos de gritar y reírnos en todo el viaje mientras nos mojábamos por la cantidad de olas que se le dio por saltar al conductor, alias “Huancho”. La pobre espalda de Dani terminó de empeorarse con semejantes saltos bruscos!
A la noche tuvimos el deleite de disfrutar una comida hecha por Dani, que demostró haberse ganado el título de “esposa ideal” con sus habilidades de ama de casa. Nos agasajó con unos pancakes con pollo y parmesano, espectaculares!
Después de comer salimos para hacer un paseo en carro, tirado por un caballo, que es muy popular en Cartagena. El mismo conductor servía de guía, y al recorrer la ciudad (fundada en el siglo XVI) aprendimos unas cuantas cosas. Datos curiosos: una de las calles se llama “Tumbamuerte” porque antes, cuando por ella transitaba algún carro fúnebre, era tal el estado de la calle que se caían los ataúdes. Otro: a lo largo de la muralla se encuentran aberturas que en su momento servían para pasar los cañones en caso de defensa, mientras que hoy, siglos más tarde, son el lugar elegido por los enamorados para ver el atardecer en la playa…
No teníamos pensado “rumbear” cuando salimos del departamento porque la playa nos había dejado fusiladas. Sin embargo, pasamos por una fiesta al aire libre que parecía ser un casamiento. No dudamos en investigar de qué se trataba, y con la mejor cara de póker entramos bailando tratando de pasar un poco desapercibidas.
Minutos más tarde:
Pachu, Papu y Pili paradas arriba de una tarima donde está cantando un grupo de salsa, haciendo de bailarinas tocando instrumentos y animando a la gente, mientras que Dani es el alma de la fiesta porque se está por casar dentro de unos y es su viaje de despedida de soltera. El plan de pasar desapercibidas desapareció en cuestión de minutos, y nos convertimos en las estrellas de la fiesta! Pilu se ganó unos cuantos aplausos cuando un colombiano la alzó a upa y la hizo girar, y todos los empresarios nos miraban atónitos desde sus mesas sin poder creer cuán papeloneras podemos llegar a ser las argentinas.
Además, resultó que ni siquiera era un casamiento, sino que era una la fiesta de Andina Link, una convención de empresas de comunicaciones, por lo que había “colegas” de ESPN, TyC Sports, Disney, Fox, etc. Estábamos en nuestra salsa… y bailando salsa!
No paramos de bailar hasta que la gente empezó a irse y seguimos nuestra “rumba” en un boliche ahí cerca de la fiesta en el que volvimos a encontrarnos con nuestros amigos televisivos y seguimos bailando hasta que cerró. Lo mejor de todo: ni siquiera nos cobraron “cover”! (La entrada del boliche)
Como verán, una jornada agotadora en serio. Ahora son las 5 y ya ni me funcionan los dedos del cansancio! Vamos a ver si mañana logramos obedecerle al despertador…


Antes de partir a Isla del Rosario



Seguíamos sanas y salvas en la banana...



Almuerzo en la Isla


El "Coco Loco"



Los muchachos animando a la futura novia!



Las animadoras de la fiesta a pura salsa!

martes, 22 de febrero de 2011

Desfile de pijamas en Cartagena

Después de un madrugón que a más de una le dolió en el alma (cof cof, Pilu), salimos en busca del "vestido" para el futuro marido!
No fue tan fácil salir del departamento, antes tuvimos que pasar la prueba número uno de nuestra estadía en este querido país para ganarnos al menos un poquitito de ciudadanía: PROBAR UN DESAYUNO COLOMBIANO. Un obstáculo nada fácil de superar. Dani tuvo mucha piedad y no incluyó ni chorizos, ni salsas raras, ni picantes. Sólo fueron unas arepas con queso, y un par de frutas exóticas como la granadilla que, con su solo aspecto, logró espantarnos un poquitito!
A eso de las nueve y media ya estábamos por las calles de Cartagena con la "expedición vestido de Julio". No sin distraernos con cada negocio de cachiruladas colombianas, llegamos a la cuadra de las "tiendas" donde podíamos llegar a conseguirlo. Ya aprendimos a hacer los cálculos monetarios y, seguimos con las manos vacías porque todavía nos cuesta darnos un par de gustitos!
Llegamos a la cuadra de "tiendas top" y jugamos un rato a ser las damas de honor! Hojeamos revistas mientras la novia elegía cuál era el mejor conjunto de lino blanco... Nada fácil! Todos parecían iguales pero entre llamado y llamado con la suegra, parece que el conjunto elegido llegó en su debido momento. Los precios son en millones pero después de todo aprendimos que esas cifras tan altas no deben asustar!
Obviamente, todo esto pasó con unas cuantas cientos de fotos de por medio y, sin siquiera apurarnos llegamos al mediodía con la misión cumplida. El calor que hacía! Hasta una fuente sirvió para refrescarnos un poco la cabeza!
Tenemos un gran dilema entre darnos muchos lujos, como por ejemplo gastar 30 mil pesos en un almuerzo, o cocinar nosotras mismas y poder comprar cosas autóctonas que hay a montones! Cuestión, que terminamos en un supermercado para abastecer todas las necesidades "alimenticias" que vamos a tener estos días para poder recorrer tranquilas. Es que, según Dani, Cartagena es una ciudad muy cara!
En el plan de abaratar un poco los costos, caímos en un supermercado y descubrimos que Pilu tiene una gran afición por entrar a supermercados extranjeros y chusmear nuevas marcas, nuevos packagings, y cosas que en Argentina no se venden. Compramos cosas básicas como para cocinarnos estos días sin gastar innecesariamente: pan, fiambre, arroz, mayonesa, papas fritas, atún, coca colalight, cereales, leche, yogourt...
Llegamos al departamento y, a pesar de que todavía no había llegado el mediodía nos preparamos sándwiches y almorzamos ahí. Decir que el tío de Dani no estaba... Porque es tal el tamaño de nuestras valijas que hasta tuvimos que mover la mesa y comer sentadas en el piso! Fuimos capaces de convertir el súper lujo de un departamento mega vip decorado en blanco de Cartagena, en un camping rústico de tres argentinas que comen sentadas en el piso con una sola servilleta partida en cuatro para todas!
Ni bien terminamos de almorzar, ordenar, y guardar todo para que "el tío Julián" no se espante, partimos para la playa! Estábamos esperando muchísimo ese momento, ya hacían casi 24 horas que estábamos en esta ciudad paradisíaca y sólo habíamos visto el mar de noche!
Hay algo bastante curioso en Cartagena: por lo que pudimos ver hasta el momento, aproximadamente cada un auto, hay tres taxis. Y finalmente hoy nos tomamos uno! Fuimos hasta El Laguito en uno de esos taxis pintado todo de amarillo y nos llamó muchísimo la atención que el auto no tuviera taxímetro! El chofer contestó con la mayor de las tranquilidades que nos cobraría "la mínima", es decir, 5 mil pesos (10 pesos argentinos, ahora estamos más cancheras que nunca!). No entendemos muy bien cómo es el sistema de los taxis, pero hasta ahora todos nos cobraron ese mismo precio.
Dani nos contó que, a diferencia de meses como diciembre, enero y julio, ahora en febrero es temporada baja, por lo que el mar está bastante alto y los metros de playa son escasos. El mar es impresionantemente caliente. Estamos más que acostumbradas al agua de la costa argentina en la que es imposible meterse sin gritar del frío, pero de repente nos encontramos entrando a una suerte de pileta climatizada... muy raro! La fobia de Pilu hacia la posible aparición de tiburones no tardó en aparecer, y hasta quizo preguntarle a un cartagenero si podía llegar a toparse con uno... jajaja
Disfrutamos una tarde a pleno sol pagando 20 mil pesos entre todas para tener 4 reposeras y una mesita para las cuatro y vivir una tarde muy tranquila sin estar tan pendientes de nuestras cosas. Lógicamente, o ilógicamente tal vez?, no tardó en aparecer un personaje de los graciosos que hay en Cartagena: "Moisés el internacional", un hombre de unos sesenta y largos años, con varias vacantes para dientes en su boca y un espíritu admirable. Nos alquiló el lugar en su playa y nos recibió con los brazos más que abiertos. Siempre atento a nuestras necesidades y preguntando a cada rato si  necesitábamos algo...
Mientras tomábamos sol untadas con aceite Hawaian Tropic rechazamos todo tipo de ofertas! Ya nos pasó en las calles de Cartagena que nos llamó la atención la cantidad de vendedores ambulantes que hay! Y la playa confirmó nuestra teoría... "Señorita, le ofrezco un masaje...", "Señorita, un masaje para quedar tan bronceada como nosotras...", "A la orden, un masaje para que se relaje señorita..."
No solo frutas, anteojos, sombreros o collares... HASTA NOS QUERÍAN VENDER MASAJES! La oferta era más que tentadora pero seguíamos con nuestra campaña de economizar cuanto gasto fuera posible...
Sin embargo, parece que los vendedores de acá se toman muy a pecho el refrán de "persevera y triunfarás" e insisten hasta el cansancio!!! Ya no sabíamos con qué palabras negarnos a sus servicios, y hasta nos ganamos el odio de una señora que vendía fruta en su cabeza ya que, como no entendía nuestro NO rotundo, tuvimos que decirle que "tal vez más tarde", y nos agarró yéndonos sin comprarle nada!
Dani y Pilu cumplieron con un vendedor, cuyo pseudónimo era "Andrés carne de res", al comprarle un vaso de ceviche de camarones y pulpo, y lo disfrutaron hasta la última cucharada ante mi mirada atónita que no entendía cómo eran capaces de ingerir semejante mezcla de cosas...
De la playa nos fuimos a recorrer un poco el centro de Cartagena fuera de la ciudad amurallada que ya habíamos recorrido por entero. Sinceramente, no encontramos nada mucho más pintoresco ni innovador de todo lo ya conocido. Nos agarró la hora del té sin provisiones y nuevamente, haciendo caso a la gran curiosidad que tiene Pilu por los supermercados extranjeros, entramos a uno y compramos ciruelas obviamente elegidas por Papu, galletitas, y chipá; FLOJA MEZCLAAA!
La tarde en el centro de Cartagena dio para rato y disfrutamos de una linda charla mientras tomábamos el té en la escalera de un banco de la zona.
Nuevamente en el departamento, todas tuvimos la gran urgencia de pintarnos las uñas y, entre el amarillo y el dorado que elegimos, podemos ser descriptas con cualquier adjetivo exepto el de DISCRETAS. Pero bueno, a las journalists nunca nos importó lo que piensa el resto, y mucho menos estando acá donde no nos conoce nadie!
Quisimos homenajear a Luismi, nuestro guía, y lo invitamos a comer a la noche. Pobre, nos agarró en plena economía de guerra y solamente le ofrecimos un rústico arroz con atún y verduritas. No pareció tener problema alguno con nuestro menú, y hasta pidió que "las argentinas hablaran de a una a la vez" para entender de qué se trataban nuestros cuentos... Acaso hablamos tanto?! Todavía no logra entender que nos llamamos Pachu, Pilu y Papu, y le cuesta tanto que hasta confunde "Pachu" por "Picachu".
Nuestra "pseudo nacionalidad colombiana" sumó unos cuantos porotitos cuando nos pusimos a ver, junto a Luis Miguel, el partido del Once Caldas. Es un equipo cuyo estadio queda en Manizales, nuestro próximo destino, y prometimos ir a ver algún partido...
La hora del postre nos agarró desprevenidas, tiradas en la cama, y ya con el pijama puesto. ¿La solución? Salimos al centro en busca de algún aperitivo sin siquiera tener la delicadeza de cambiarnos la ropa. Si... salimos a la calle en pijama!!! Decir que Cartagena es una ciudad tan "chévere" que hasta nuestros conjuntos podían llegar a parecer como de última moda...
Después de bailar unas cuantas salsas y cumbias colombianas en el departamento, nos estamos yendo a la cama... Mañana toca un madrugón de los verdaderos (6:30 de la mañana!!!) para ir a recorrer un lugar paradisíaco llamado Islas del Rosario en el que vamos a visitar unas playas espectaculares.



El súper cuarteto haciendo turismo



La novia eligiendo el "vestido" de lino...



Las damas de honor chequeando la última moda colombiana



La playa de Cartagena "maricaaa"!

Fe de erratas

20 millones de pesos sale el departamento, no el metro cuadrado! Gracias Papá por la observación!

lunes, 21 de febrero de 2011

Primer día en Cartagena!

Primer día en tierras Colombianas! Lujo total.
Después de horas de avión, conexiones, check ins, hacer tiempo hablando en código morse, pedir "cojines" y "cobijas", y jugando a los juegos que la amada avianca nos ofreció en el viaje... llegamos! Todo gracias a "Stefan Rudolf", el piloto del avión que nos hizo reír un buen rato, no sólo por el nombre que ligó sino también por su inglés que era una mezcla de inglés y quechua santiagueño.
 Pero no todo fue alegría, sufrimos una pérdida que golpeó mucho al grupo y afectó la psiquis de Pilu: se le rompieron los auriculares, alias sus "cacerolas", del ipod! Por supuesto, la caradurez Ocampo pudo más y no tardó en pedir cinta scotch en el aeropuerto para remendar la situación.
El santo de LUIS MIGUEL, un amigo cartagenero de Dani, nos buscó en su auto y cargó nuestras valijas que ni en mil intentos entraron en el baúl. Conclusión: Pilu terminó en posición fetal con una valija abajo de las piernas. Obviamente, no tardamos en cantarle canciones de Luismi a los gritos, imposible no acordarnos el astro latino!
Ya desde un principio nos rompimos la cabeza tratando de entender el valor del bendito peso colombiano. Para un grupo de aspirantes a periodistas es demasiado pedir que entendamos que 50.000 pesos colombianos, equivalen al doble de pesos argentinos sacándole los tres últimos ceros. (???) Todavía lo estamos incorporando mentalmente...
Cartagena es una ciudad increíble! Es un patrimonio cultural de la humanidad entonces conserva todas las fachadas antiguas de las casas, con calles muy angostas y cuadras de adoquines. Pero atrás de esa apariencia histórica las casas son super modernas. De hecho estamos en un departamento que es un lujaso, santo tío de Dani que nos esperó con la heladera llena, toallas blancas divinas, y un balcón ideal para los puchitos de Pilar... Mejor? Imposible! Daba risa ver la cara del tío de Dani cuando nos vio entrar con semejantes valijones, y ni hablar cuando nos vio instalándonos y se dio cuenta de que habiamos traído como 40 pares de aros!
El calooor y la humedaaad de esta ciudaaad! Una cosa de locos. Ya Papu lució sus cabellos a lo "Mirtha Legrand" resignada sabiendo que no hay peinado que pueda con el estado de nuestros cabeshos.
Nuevamente "San Luis Miguel" nos buscó a la noche y fuimos a comer a un lugar que se llama Creppes and Waffles donde comimos riquísimo. El lugar es atendido por madres cabeza de hogar, un proyecto re bien pensado! Nos quedamos con ganas de comer unos super helados, pero los super platos pudieron más. Y ni hablar a la hora de la cuenta... otra vez el caos matemático!!!
Hicimos un city tour espectacular por toda la ciudad amurallada, cada rincón merece una foto y por supuesto, estuvimos a la altura de las circunstancias... sacamos más de 100 fotos! Pasamos por la puerta de la casa de García Márquez, una gran mansión frente al mar, recorrimos distintas plazas, y por cada plaza hay una iglesia! Mañana de día vamos a volver a caminar para ver cómo se ve de día...
Tener una casa en Cartagena? Todo un presupuesto! 10.000 millones de pesos colombianos, o sea 20 millones de pesos argentinos el metro cuadrado! Un patrimonio cari cari...
Y ahora son las 12 y a la camita porque mañana hay que madrugar para conseguir el "vestido" (traje para nosotras) para Julio, el futuro novio! Cada vez más partícipes del matriii jajaja.


¡La calidez de su gente!




La puerta de la casa de García Márquez




Con Luismi, nuestro guía